DIARIOS DE CHICLAYO

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2 comentarios:

  1. CHICLAYO DE MIS AMORES…!Mi Chiclayo de los 60.
    Hoy cumples aňos Chiclayo de mis Amores, Chiclayo Chiquito y acogedor, lleno de gente linda y generosa! Aún tengo en mi mente tus calles empedradas y a los “pollinos” que la cabalgaban llenos de alfalfa el lomo, arreados por un mi neto chiclayano “cholo patas en el suelo”, a mucha honra y como diz que dice el dicho... quien con gran sombrerazo él, blusón y pantalón arremangado, mirada noble de hombre de trabajo y lucha, pasaba puntualmente todos los días por nuestra calle.
    Aún veo tus casonas de altillos y callejones como aquella de nuestra querida y legendaria Calle Eugenio Moya, con cuerdas que colgaban de sus altos techos para abrir la vista al Cielo. Las noches a veces a la luz de las velas, observando el vuelo circular de los “comejenes”. El portón siempre abierto, así como fue la casa y el corazón del abuelo generoso para con todos! Sentados alrededor de la gran mesa, larguísima, en el comedor que albergó alguna vez a sus quince herederos completos, tomábamos el lonchecito, con su café pasadito gota a gota, sus “chancayes”, su pan francés “y cuanto hay” como decía el abuelo; todo preparado con el amor de la abuela, que nos apachurraba después en su regazo llenándonos de besos.
    En mis recuerdos veo aún el Parque Villarreal, con sus edificaciones de quincha y estero, y sus domingos en aire festivo al compás de las campanadas de la Iglesia y feligresas con mantillas de encaje, muy recatadas ellas. Tu majestuosa Catedral y tu colorida Plaza de Armas con sus “canillitas” y sus vendedores ambulantes de periódico, donde paseábamos dando vueltas y vueltas para entrar en cuchicheo jocoso con tus vecinos, chiclayanos de pura sepa. Ay, mi Chiclayo Chiquito que ya se fue!
    Mucha juventud sana ha albergado tus calles, muchachada inocente, alegre y enamorada que siempre en grupo llenaba de algarabía el ambiente. “Qué muchachos estos!” se le escuchaba decir al abuelo Felipe en plena fiesta, para después agarrar las bandurrias y cantarle a su amor, coplas de antaňo, coplas de sentimiento puro que resuenan en mi corazón.
    Hijos prodigiosos no te han faltado. Vástagos que diste a luz con la llegada del Sol Naciente en el paso hacia el Siglo XX, pioneros de tu cultura criolla y cosmopolita, fruto de raíces no sólo orientales, pero también indígenas e hispano-africanas, entre muchos otros. Don Abelardo Takahashi Nuňez fue uno de los que te cantó ardiente y apasionadamente, mientras que Don Vicente Nisizaka Mejía te ofreció entonces su sensible musa compositora para ser la voz del explotado pobre, así como Don Alfonso “Fuco” Tello Marchena te llenó de prosa y verso generosos!
    Ay, Chiclayo de mis Amores, tú vives siempre en mi recuerdo. Cómo poder olvidar a tu Pimentel y su muelle-ferrocarril, a tus “chinas cholas” con polleras sobre polleras, finos y alegres semblantes y trenzas interminables de grueso cabello negro azabache, colgando su ají panca en todo lo alto de sus puertas y ofreciendo su chicha de jora... Cómo poder olvidar tus calles y parques, Pedro Ruiz Gallo, Parque de Santa Victoria... y los encuentros de amigos de toda la vida, en conversaciones interminables, el “lleva y trae” de los papelitos-mensajes para los amores imposibles, los besos a escondidas de los que todos ya sabían; ya desganitándonos de la risa con las ocurrencias típicas del chiclayano ocurrente y atrevido, ya cantando con la guitarra alguna balada nostálgica...
    Ay, Chiclayo de mis Amores, tierra santa y bendita de Dios. Quiera que tu gente esté siempre llena de carino y generosidad. Quiera que tu espíritu acogedor y tu criollismo prevalezcan en el tiempo. Aunque tu estampa sea una otra, quiera que tu corazón nunca cambie, para dulzura y regocijo de todos tus hijos predilectos y de tus visitantes. Qué viva Chiclayo!... Qué viva!
    Lucero A. Barth / Austria, 18 de Abril del 2012.

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  2. Excelente recuento nostalgico. muchas emociones traes con este. Gracias por esta carta tan inspiradora, ver aquellos tiempos donde la gente, tendía hacia las costumbre y conductas sanas.

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